Colibrí metálico. Nantes. Foto de Diana Valderrama
TRANSIGIR, ATRAVESAR, PASAR…
Hugo Betancur
Todo lo que sucede o lo que presenciamos causa una
impresión en nuestras mentes.
Somos afectados por los hechos y somos afectados
por nuestra interpretación de los hechos. Muchos eventos suceden como esperamos
o ansiamos que ocurran; otros tantos eventos no se ajustan a nuestros deseos y
expectativas.
Transigir es una acción de la mente y significa
movimiento a través de una situación, dejando ir y aceptando algo que pasó
–algo que ya no está y solo la mente que lo ha mantenido estancado puede
liberarlo.
Lo contrario es la intransigencia, la resistencia a
dejar ir y a resolver. La mente intransigente padece su propio martirio y
sufrimiento por causa de sus juicios que la agobian y la dejan pasmada:
persiste en su pugna contra la realidad y languidece en su inercia.
Imaginemos que estamos afuera, en un ancho espacio
de nuestro mundo, y que se desata una espesa tormenta con estruendosos truenos
y rayos. Nos damos cuenta que es demasiado riesgoso permanecer allí y corremos
a un refugio que nos proteja de la inclemencia de la naturaleza.
Propongo una metáfora para nuestros estados
mentales de crisis: cuando entramos en conflicto en las relaciones con otros,
reunirnos con ellos en ese intervalo de tiempo en que ruge la tormenta, es algo
parecido a confrontarnos como adversarios afuera, en el espacio común. Como
contendientes, no tenemos una actitud de resolución en ese momento en que
sobran las acusaciones, las atribuciones de culpas y los reclamos -y a veces
también los lamentos. Si nos replegamos prudentemente al interior de nuestras mentes,
podemos observar ese caos transitorio de nuestras emociones y juicios motivados
en nuestras acciones y las de los demás. Mientras hacemos esa auto observación
paciente y atenta, permitimos que lo sucedido fluya y aplacamos progresivamente
nuestros ímpetus: nuestras reflexiones alejan nuestra ofuscación.
No nos es posible aplicar en nuestras relaciones la
mentalidad militarista que impone, controla y somete según el poder disponible,
porque la esencia de las interacciones afectivas es la libertad y no el dominio
sobre otros.
Estas mentes intransigentes deben agotar sus
fuerzas y su frustración para lograr activar una restauración de su equilibrio
y su calma una vez que se dan cuenta de la esterilidad de su conflicto.
Hugo Betancur (Colombia)
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[La palabra transigir ha sido definida gramaticalmente como un verbo
transitivo. Deriva de la palabra latina transigĕre (atravesar, finalizar algo,
concluir lo que hacíamos o experimentábamos)].
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