Vistas de página en total

domingo, 18 de diciembre de 2011

La sombra en nosotros

                                                                             Fotografía por Diana Valderrama B.

La sombra o lo sombrío en nosotros

 

Hugo Betancur


 “Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”.

Carl Jung.


La dualidad es una de las características distintivas e inevitables de nuestro mundo y de la personalidad de cada uno.

 

La sombra, lo sombrío, lo velado, es una parte de esa dualidad. Su contraste o complemento es lo luminoso, lo claro, lo que puede ser conocido de cada ser humano.

 

Con la expresión “la sombra”  nos referimos a rasgos y actitudes que nos crean conflictos con nuestra integridad, con la imagen ideal que queremos mostrar a los demás y con el modelo de ser humano que conformamos en nuestra mente.

 

La sombra tiene dos componentes que salen a la luz en nuestras relaciones habituales.

 

Un componente es superficial, conocido y definido, representado en las situaciones y actividades que nos atraen porque nos parecen placenteras, vedadas, censuradas y muy tentadoras para nuestras mentes, que a veces nos subyugan bajo la imagen de aventura y complacencia que les hemos dado. En esas situaciones y actividades somos tomadores de lo que otros nos prodigan, somos disfrutadores halagados y acomodados que acaparamos sus dádivas y eso nos lleva a sentir percepciones de culpa -en ocasiones calificamos públicamente comportamientos similares de personas distintas a nosotros como repulsivos y egoístas para dar una imagen de "decencia" que nuestros actos contradicen y ocultamos nuestras intenciones e intereses utilitarios o maquinadores para evitar el riesgo de ser rechazados y discriminados por los demás.

 

El otro componente es profundo, desconocido y enigmático, representado en lo inconsciente, las tendencias o comportamientos imprevistos que no hemos definido como propias y que manifestamos  impulsivamente, provenientes  de lo más recóndito de la psiquis1 de cada uno.

 

Los dos componentes son disociadores porque no corresponden a lo que somos. Nos permiten mimetizarnos con el entorno en la apariencia y mantener en secreto nuestra farsa.

Nuestra sombra nos incita a realizar acciones o comportamientos “pecaminosos” que nos procuren placer o satisfacción –y que, para nuestra desventura, no relacionamos con las consecuencias ulteriores que atraerán sobre nosotros o sobre los demás. Para disimularlos improvisamos la imagen ficticia de bondad que exhibimos a los demás. Nos ponemos la careta o máscara social para convencerlos sobre la autenticidad de nuestro rol de actuación afectuoso y solidario.

El pecado es un juicio sobre las acciones humanas. Según unas leyes y normas provenientes de líderes e instituciones religiosas, es considerado como una transgresión contra los mandatos morales de comportamiento. Algunos personajes e instituciones se han arrogado el papel de jueces y de sancionadores contra quienes se atreven a infringirlos -siempre con la doble moral como fondo "lo que otros hagan es condenable y lo que nosotros hacemos es justificable (aunque las acciones y los resultados sean similares).

 Nuestras acciones sombrías se ajustan al listado y descripción de los siete pecados capitales establecidos por la iglesia católica romana y fundamentados en la tradición doctrinaria judeocristiana.

 Esos siete pecados capitalespodemos considerarlos en nuestro ideario actual como comportamientos egoístas disociadores, como errores en las relaciones, porque cuando los experimentamos para nuestra complacencia particular afectamos nuestras vidas y las de otros seres humanos.

 Sin embargo, en esa lista de pecados graves faltan los comportamientos más destructivos: la violencia, el engaño y la esclavización –confrontados con esos eventos, algunos seres humanos deberán someterse y sacrificarse para que otros predominen y realicen sus proyectos de vida y sus fantasías.


Defino los pecados capitales:

Lujuria: el propósito o los deseos obsesivos relacionados con el placer, con los cuerpos o las imágenes sensuales.

Pereza: la resistencia a la acción o la negligencia en lo que hacemos. 

Gula: el apetito desmedido hacia la comida o la bebida.

Ira: disposición hacia comportamientos y reacciones hostiles contra otros por sus acciones o por las características de sus personalidades.

Envidia: la ambición de poseer lo que pertenece a otros –lo material o los atributos físicos y de sus personalidades. 

Avaricia: tendencia a poseer y acumular las cosas materiales –a veces también cargos o jerarquías de poder o control sobre los demás. 

Soberbia: la presunción de superioridad sobre otros. Es una sobrevaloración subjetiva, una exaltación de la importancia de sí mismo. Es sinónimo de arrogancia, de orgullo, de egolatría, de vanidad.

Nuestros juicios sobre otros o sobre nosotros mismos nos llevan a decretar o atribuir las culpas.

        Por esas culpas determinamos la aplicación de un castigo.

Respecto a otros ese castigo no debe ser postergado ni anulado.

Respecto a nosotros, la sombra concluye que nuestras culpas deben ser diluidas en las justificaciones, o atribuyendo nuestra responsabilidad a otros por medio de una proyección o un desplazamiento, o, en casos extremos, ocultándolas por medio de una negación tajante. 

Todos estos comportamientos son distorsiones de la realidad compartida que nos llevan a mantener los conflictos y el malestar cuando la pelota lanzada rebota contra nosotros –cerrando el círculo de acción y reacción, estímulo y respuesta, causa y consecuencia. 

La sombra no es lo que somos, sino una parte de lo que somos. Podemos sacarla sin temor a la luz para definir sus atributos y para liberarnos de nuestros yugos. Lo conocido deja de ser inaccesible y temido cuando alcanzamos nuestra comprensión.


Hugo Betancur (Colombia)

       ______________________________________

1. La psique o psiquis, palabra proveniente del griego ψυχήpsyché, que significa «alma».

2.  Los siete pecados capitales fueron promulgados por el  papa romano Gregorio Magno (540-604) en el siglo VI, en este orden de notoriedad: lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia.

___________________________________________________

 

Otras ideas de vida en:

http://ideas-de-vida.blogspot.com/

http://pazenlasmentes.blogspot.com/

http://es.scribd.com/hugo_betancur_2

http://es.scribd.com/hugo_betancur_3

 

Este Blog:

http://hugobetancur.blogspot.com/

 

Otras ideas de vida en:

 

http://hugobetancur.blogspot.com/

No hay comentarios: