LOS YUGOS DEL EGO
3. Marcando
territorios: señalando personas y cosas como que nos pertenecieran.
Hugo Betancur
En este mundo, nuestras
personalidades humanas guiadas por el ego han establecido un “reino del amor”
donde los cuerpos son el objeto de conquista y de placer –programados
mentalmente para realizar “la unión” por medio del deseo, y la satisfacción por
medio de los sentidos.
Al ver a otros seres humanos como
cuerpos, los atractivos de la forma se tornan esenciales y no lo que cada uno
es. Los cuerpos deberán ser poseídos y utilizados según ese enfoque del ego y
para controlarlos deberán ser aislados tras un cerco que les impida escapar;
según esa apreciación, será necesario “marcarles un territorio” donde son
rotulados simbólicamente como de pertenencia exclusiva de su dueño o de sus
dueños. ¿Cómo podemos poseer a un ser humano? ¿Es posible mantener esa ilusión
a medida que el tiempo transcurre?
Cuando decimos amar a un ser humano
por su cuerpo, realmente no lo amamos ni podemos verlo en su ser real. Con los
ojos del cuerpo nos fijamos en su apariencia y en lo que para cada uno de
nosotros parece atractivo y eso nos impide verlo. Establecemos un yugo contra
él que se convierte en un yugo contra nosotros mismos. Empezamos a
relacionarnos con él a través de las sensaciones y de la percepción
condicionada. El carcelero que cuida a sus prisioneros se confina a sí mismo a
permanecer en la prisión donde mantiene a los otros. Ambos están aprisionados,
uno adentro de las rejas y otro afuera.
Mientras persista la pasión y los
cuerpos estén disponibles, las personalidades egoicas interpretan esto como un
estado de felicidad. Sin embargo, esa es una situación ilusoria que desaparece
abruptamente cuando la “necesidad” ha sido saciada o cuando el aburrimiento
llega porque se apagaron los “instintos” o porque una nueva fantasía reemplazó
la consumida.
Las relaciones del ego a través de
los cuerpos son fáciles de identificar: están llenas de conflictos y de
violencia, de condicionamientos y de normas, de emociones hostiles y de
sufrimiento. Los aparejados se han dado mutuamente unas funciones y se
relacionan desde la desigualdad: uno predomina y exige y el otro, o la otra, se
acomodan al guion proyectado –o los dos se marcan unas pautas de comportamiento
que cumplen desganadamente para mantener ese remedo de amor que no es más que
un intercambio de papeles actuados como parte de un libreto ya elaborado que
los actores no pueden modificar porque no han sopesado sus desventajas ni han
identificado qué tan mecánicamente se comportan.
Las personalidades guiadas por el ego
no pueden aceptar la libertad de otros porque suponen que sus requisitos en las
relaciones son órdenes que deben ser atendidas.
En la relación egoica alguien debe
mandar y alguien debe obedecer. Alguien debe someterse y alguien debe dominar.
Es una relación de amo y sirviente.
Podemos reconocer las relaciones
egoicas porque no traen paz. En esas relaciones vivimos en altibajos
emocionales, desde un exaltado optimismo hasta un lastimoso pesimismo, desde
una euforia excesiva hasta una tristeza peligrosamente destructiva.
Aquel a quien decimos amar no puede
ser un cuerpo, porque en esa proyección las formas nos deslumbran y nos
cautivan; nos mostramos sólo como admiradores ávidos por obtener nuestra presa
y disfrutarla desde la excitación de los sentidos. En la visión del amor vemos
a otros cálidamente desde la mente sincera que los contempla en su grandeza y
desde el corazón sincero que los valora en su vulnerabilidad y en su frágil
soledad.
Todos los que hemos tenido relaciones
del ego donde nos hemos inclinado ante los lechos mullidos y los altares de los
cuerpos hemos reconocido nuestros errores y conflictos a medida que
interactuamos en esas vivencias del pasado llenas de apegos, de culpas, de
reproches, de controles, de violencia, ataques y defensas que solo dejaron
malestar y separación.
Es fácil reconocer que cada uno de
nosotros participa en ello cuando vemos que nos falta la paz.
Hugo Betancur (Colombia)
________________________________________________________________
Extractos de "UN CURSO DE
MILAGROS", relacionables con el tema de arriba:
“7. El ego vive
literalmente a base de comparaciones. 2La igualdad es algo que
está más allá de lo que puede entender y, por lo tanto, le es imposible ser
caritativo. 3Lo que el ego da nunca emana de una sensación de
abundancia porque él fue engendrado precisamente como substituto de ésta. 4Por
eso es por lo que el concepto de “obtener” surgió en su sistema de
pensamiento. 5Los apetitos son mecanismos para “obtener” que
representan la necesidad del ego de ratificarse a sí mismo. 6Esto
es cierto tanto en el caso de los apetitos corporales como en el de las
llamadas “necesidades más elevadas del ego”. 7El origen de los
apetitos corporales no es físico. 8El ego considera al cuerpo
como su hogar y trata de satisfacerse a sí mismo a través de él. 9Pero
la idea de que eso es posible es una decisión de la mente, que está
completamente confundida acerca de lo que realmente es posible”.
“Un Curso de Milagros”: “II. El ego y la falsa
autonomía”.
“2. 4Al
considerar al cuerpo como un fin, el cuerpo no tiene realmente utilidad para el
ego, puesto que el cuerpo no es
un fin. 5Debes haber notado una descollante característica en
todo fin que el ego haya aceptado como propio. 6Cuando lo
alcanzas te deja insatisfecho. 7por eso es
por lo que el ego se ve forzado a cambiar incesantemente de un objetivo a otro,
para que sigas abrigando la esperanza de que todavía te puede ofrecer algo”.
De “Un Curso
de Milagros”: “VIII. El cuerpo
como medio o como fin”.
“4. …3El cuerpo es feo o
hermoso, violento o apacible, perjudicial o útil, dependiendo del uso
que se haga de él. 4Y en el cuerpo de otro verás el uso que
has hecho del tuyo”.
“De “Un Curso de
Milagros: VII. El cuerpo
como medio de comunicación”.
“9. En este mundo, ni siquiera el cuerpo se percibe
como algo íntegro. 2Se considera que su propósito está
dividido en muchas funciones que no tienen ninguna relación entre sí o muy
poca, de modo que parece estar regido por el caos. 3Guiado por
el ego, lo está.”
“De “Un Curso de Milagros”: “VII. El cuerpo como medio de
comunicación”.
“13. “3Ver un cuerpo de
cualquier otra forma que no sea como un medio de comunicación es limitar a tu
mente y hacerte daño a ti mismo”.
De “Un Curso de Milagros”: “VII. El cuerpo como medio de comunicación”.
“14. ... 2La mente, no
obstante, puede manifestarse a través del cuerpo si va más allá de él y no lo
interpreta como una limitación. 3Siempre que ves a alguien
limitado a un cuerpo o por un cuerpo, estás imponiéndote a ti mismo ese mismo
límite”.
De “Un Curso de Milagros”: “VII. El cuerpo como medio de comunicación”.
“5. La lección fundamental es siempre ésta: el cuerpo
se convertirá para ti en aquello para lo que lo uses”.
“Un Curso de Milagros: Manual del maestro”.
“12. ¿CUÁNTOS MAESTROS DE DIOS SE
NECESITAN PARA SALVAR AL MUNDO?”
“3. Las fantasías
son una forma distorsionada de visión. 2Todas ellas, no importa
de qué clase sean, son distorsiones, ya que siempre tergiversan la percepción
hasta convertirla en algo irreal. 3Los actos que proceden de
distorsiones son, literalmente, las reacciones de aquellos que no saben lo que
hacen. 4Las fantasías son un intento de controlar la realidad
de acuerdo con necesidades falsas. 5Si deformas la realidad de
cualquier forma que sea, estarás percibiendo destructivamente. 6Las
fantasías son un medio para hacer asociaciones falsas y tratar de derivar
placer de ellas. 7Mas si bien puedes percibir asociaciones
falsas, nunca podrás hacerlas reales excepto para ti.”
De “Un Curso de Milagros: VII.
Las distorsiones de los impulsos milagrosos”.
__________________________________________________
Este Blog:
http://hugobetancur.blogspot.com/
Otras ideas de vida en:
http://ideas-de-vida.blogspot.com/
http://pazenlasmentes.blogspot.com/
http://es.scribd.com/hugo_betancur_2
No hay comentarios:
Publicar un comentario