CONFIANDO,
MIENTRAS HACEMOS O NO HACEMOS.
Hugo
Betancur
Nos
mostramos confiados cuando entendemos que la vida discurre con sus
manifestaciones y expresiones imparables de causa y efecto, ajenas a nosotros y
a nuestros ideales de felicidad y ganancia.
Como seres
vivos podemos ser más sabios y eficientes si tenemos una actitud mental de
apertura, de confianza en nuestras posibilidades de aprender, cambiar y
resolver.
Cuando
confiamos, permitimos dócilmente que todo suceda a su modo y
aceptamos su inercia y su movimiento, liberándonos de las
corrientes forzantes de nuestros egos que podrían llevarnos a conflictos y a
pugnas agotadoras y amargas.
En los
momentos de desasosiego, podemos replegarnos hacia adentro, hacia la dimensión
de la mente y del Ser donde permanece latente la intuición para acogernos a su
guía sobre qué hacer o qué no hacer. Sensatamente podemos confiar* que
todo sucede según la lógica de las circunstancias y no según nuestros deseos y
planes.
Tal vez una
definición apropiada de sabiduría sea: la capacidad de nuestras mentes de
contemplar el mundo y lo que pasa con una visión de comprensión, definiéndolo
como “lo que es, como es”, y no como pretendemos o tememos que sea.
Nuestras
Almas han proyectado los personajes que debemos representar con sus
idiosincrasias y sus egos y han previsto las tramas y las realidades
resultantes de la interacción humana con los condicionamientos y mandatos de
las colectividades según sus culturas y tradiciones exclusivas.
Si
alcanzamos esa comprensión podremos relacionarnos con otros teniendo como pauta
el respeto al libre albedrío común.
Todos los
acontecimientos de la existencia son circunstanciales y están encuadrados con
atributos correspondientes de tiempo, modo, lugar, cantidad, medio o
instrumento, causa, finalidad, destinatario -a quien le suceden los hechos.
Las
situaciones son los eventos o episodios de cada historia y las circunstancias
son las condiciones y ambientes en que ocurren.
Ajustadas
al destino de cada uno, afrontamos nuestras vivencias que tienen unas causas
previas que las determinan -y que propician en nosotros sus efectos
psicológicos contrastantes de bienestar o desasosiego, de satisfacción o de
frustración, de alegría o tristeza, de sosiego o de incertidumbre.
Nuestras
reacciones emocionales o nuestras interpretaciones mentales de lo que
experimentamos ocasionan nuestros estados de ánimo, optimistas o sombríos,
apacibles o tormentosos.
Muchos
acontecimientos son previsibles para nosotros si tenemos un conocimiento de sus
antecedentes y su progreso; otros acontecimientos nos sorprenden o nos abruman
porque no tenemos la capacidad de prevenirlos o anticiparlos.
Nuestra
empatía con los sucesos y los personajes aplaca nuestra ansiedad y calma
nuestras mentes.
Hugo Betancur (Colombia)
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*CONFIAR:
Tener fe en
que las dificultades, conflictos y situaciones de insolvencia tendrán una
solución adecuada y positiva.
La palabra
confiar proviene del vocablo latino confidare. La palabra confianza, por su
parte, viene del latín confidentia, que se compone de los siguientes elementos:
El prefijo
con- que significa "junto", "todo", "con"
Fides, que
significa "fe"
El sufijo
-anza, que es acción
La raíz
-fi- del verbo fiar, del latín fidere (confiar) y este de fides (lealtad, fe y
confianza).
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