CAMINOS Y
ENCRUCIJADAS
Hugo
Betancur
"Un camino no es más que un camino.
Que lo abandones
cuando tu corazón así te lo indique
no significa ningún desaire
a ti mismo ni a los demás.
Pero tu decisión de seguir esa senda
o apartarte de ella
no debe ser producto del temor ni la ambición".
“Te advierto:
examina cada camino atentamente...
Luego hazte esta pregunta:
¿Tiene corazón este camino?
...
Si ese camino tiene corazón,
entonces es bueno.
De lo contrario, no te servirá de nada..."
"Las enseñanzas de Don Juan”
Carlos Castaneda.
La vida es una progresión de formas físicas, eventos y manifestaciones
que conforman lo que llamamos realidad; sucede en procesos de expansión y
contracción en los que participamos con acciones y relaciones que nos
involucran en situaciones de dualidad. En un extremo, nos vemos inmersos en
crisis, conflictos, dificultades; en otro extremo, disfrutamos períodos de
recompensa donde están presentes la alegría y la risa
desbordante junto con alguna sensación de paz y espontáneo
optimismo.
Hemos oído decir que la vida no es un camino sino una jornada. Sin
embargo, en nuestro atributo de viajeros que nos desplazamos por la geografía
del planeta y por los escenarios humanos, nos imaginamos recorriendo caminos
eventuales.
Esos caminos pueden ser escabrosos y monótonos si nos habituamos a lo conocido con su carga de dificultad, disociación y competitividad –lo rutinario, lo que no parece tener cambios significativos o notables y donde nos conformamos con las relaciones y los resultados tal como han sido establecidos por los personajes que representamos.
Si el desempeño y los comportamientos de cada uno de nosotros procede de sistemas de creencias fijados en el pasado, nuestras actuaciones y reacciones se tornan previsibles y reiteradas -tan fáciles de describir como el movimiento circular de los engranajes de una maquina con sus ruedas dentadas que giran encajando sus piñones e impulsadas por fuerzas externas.
O esos caminos pueden ser luminosos y variables, con su energía plena llenando nuestra mente y nuestro corazón pasajeramente y mostrándonos exultantes y afables, impulsados por nuestras propias fuerzas y motivaciones.
Sin embargo, lo
habitual es que los caminantes hagamos ambiguos esos caminos -agradables o
accidentados según nuestras motivaciones y nuestro ánimo en cada trayecto y condicionados a los guiones de nuestras mentes.
En ocasiones, atendemos las señales de alerta que la vida pone a nuestro
paso, y podemos advertir la dinámica de los conflictos por resolver: nos
anuncian que es adecuado e impostergable realizar cambios. Para cada uno
de nosotros se presenta entonces una bifurcación de caminos: uno sigue siendo
el que hemos transitado y otro el camino que podemos emprender como opción de
esos cambios posibles. No podemos seguir a la vez por los dos caminos porque
son distintos y debemos hacer una elección oportuna.
Si nos decidimos por el camino positivo, emprendemos una ruta de
bienestar, liberados de culpas, reproches y temores. Podemos experimentar
alegría mientras lo recorremos y podemos sentir una brisa cálida y afable
acariciándonos la piel.
El otro camino podemos llamarlo negativo: nos sentimos mal
recorriéndolo, como transeúntes sobrecargados, lentos y fatigados, y además
desesperanzados, con la cabeza baja y negándonos a ver los colores y sonidos
del paisaje.
¿Cuál camino escogemos?
Todo lo que elegimos nos corresponde con sus cualidades.
La vida es cambio siempre. Lo que no cambia podemos llamarlo
estancamiento, apego, limitación: un campo desolado donde sólo quedan vestigios
de vida –el vuelo de algún ave solitaria, el ruido del viento sobre los troncos
y tallos desprovistos de vegetación, la ausencia de voces y de pasos, el humo
gris elevándose de las cenizas de leños consumidos por el fuego, la luz apagada
del invierno llenándonos de pesimismo y de aflicción.
Mientras tanto, la jornada va agotándose y nos queda imposible
reconstruir los momentos de la vida que ya cumplimos: se han ido los actores y
la utilería ha sido removida de los escenarios que ocupamos antes. Ahora han
sido redecorados los ambientes para que otros actores reciten sus líneas y den representación
a sus personajes -y solo podemos asistir allí como espectadores que
contemplamos dramas parecidos a los que ya experimentamos.
Hugo Betancur (Colombia)
_____________________________________________________________
Otras ideas de vida en:
http://ideas-de-vida.blogspot.com/
http://pazenlasmentes.blogspot.com/
http://es.scribd.com/hugo_betancur_3
Este Blog:
http://hugobetancur.blogspot.com/