¿ADAPTACIÓN Y CAMBIO?
¿O VIDA EN MODO AUTOMATA -DE
REACCIONES CONDICIONADAS, FRAGILIDAD, EXCLUSIÓN?
Hugo Betancur
La
invención y la producción humana de máquinas para realizar tareas nos trajo el
progreso industrial y científico. Estos aparatos de piezas ensambladas
construidas con diversos materiales y conectados con fuentes de energía
funcionan como autómatas; operan gracias al movimiento y ejecutan trabajos.
Todos sus procesos de desplazamientos, giros, aplicación de fuerza, fueron
ideados por el ingenio humano.
Nuestra historia primitiva fue erigida con acciones elementales y utensilios
rústicos -con nuestros cuerpos posiblemente toscos y caracterizados por frentes
prominentes, manos callosas, uñas gruesas, pies grandes, espaldas encorvadas.
Evolucionamos
lenta y progresivamente a humanos civilizados y erguidos a través del
conocimiento y de la experimentación. Nuestros aprendizajes nos catapultaron
desde existencias simples basadas en la supervivencia hasta existencias
complejas donde nos incorporamos a sociedades también complejas, competitivas,
truculentas, empeñados en descubrir nuestros destinos y en fluir con nuestros
dilemas.
¿Nos
relacionamos como personajes discordantes, ansiosos, desapacibles, con modelos
mentales de conquista y avasallamiento, en confrontaciones con resultados
predecibles y con una alternancia de los ataques y las tretas, como autómatas
desplegando nuestras fuerzas? ¿O nos relacionamos con actitudes sanas de
bienestar e integración, conteniendo nuestra reactividad y expresando nuestra
paz?
En el modo
de autómatas, la existencia se convierte en un campo de batalla donde hay
heridos, lisiados, mutilados; o tal vez en un hospital lleno de enfermos
postrados transitoriamente en su lechos; o en una clínica psiquiátrica donde
los pacientes cabecean y miran al vacío, ciegos y sordos al mundo que los
rodea; o tal vez en granjas y enormes fabricas donde los trabajadores agotan
sus fuerzas y se consumen; o tal vez en grandes hoteles o despachos o casonas o
apartamentos lujosos donde los triunfadores engordan, presumen y derrochan el
dinero que otros han producido para ellos. En el modo autómatas, quizá hasta
sea una mezcla de todo lo anterior la existencia.
En el modo
de seres humanos pacíficos, reflexivos y conscientes de las consecuencias de
nuestros actos los campos de batalla desaparecen y los adversarios aplacan sus
ímpetus.
Nuestra
relación con el conjunto de la vida requiere que nos adaptemos a los entornos y
sociedades donde cumplimos nuestros roles y nuestros aprendizajes, o que nos
liberemos de esos ambientes si nos sentimos desacoplados e inconformes.
Si
encajamos en esos espacios e interacciones nos consideramos o nos consideran
adaptados.
Si
desentonamos o entramos en conflicto con los otros participantes, nos
consideramos o nos consideran inadaptados. Se nos presenta la opción de hacer
cambios en nuestros modelos mentales o en nuestras creencias para podernos
acoplar. Sin embargo, quizá no sea posible esa adaptación o los cambios que la
propiciarían cuando las condiciones de los personajes y de los lugares son
incongruentes con nuestros principios, nuestra formación y los valores humanos
que profesamos o preconizamos
Cuando
rechazamos esos escenarios y personajes y no logramos ajustarnos, migramos
hacia lugares o nichos en que esperamos armonizar con otros y realizar nuestras
ocupaciones sin trabas. Esto puede ser un escape infructuoso si descubrimos en
las nuevas relaciones que tampoco logramos adaptarnos porque otra vez
encontramos un ambiente discordante; puede ocurrir, también, que nuestras
mentes hayan levantado una barrera que impide la adaptación porque damos más
primacía a nuestra importancia personal y a nuestros intereses que a la
asociación con otros.
Posiblemente
la evolución humana haya sido establecida en cuatro soportes: experimentación,
aprendizaje, adaptación y cambio. Todos estos procesos han sido
interdependientes y crecientes.
Los cambios
son consecutivos a la intención y a la consciencia sobre nuestros
requerimientos o los de otros y sobre las circunstancias en que coincidimos,
son guiados por una motivación particular o grupal.
La
adaptación es congruente con la conformidad y disposición del personaje que
representamos. Es subjetiva, aunque está incentivada por motivaciones
utilitarias y de ganancia o por una inteligente actitud de relacionarnos
armoniosa y amigablemente; cualquiera de las dos posiciones dependerá de la
mentalidad de los protagonistas.
La
evolución humana quizá tenga como objetivo principal descubrir que hay tras el
velo de las apariencias, de las tramas, de las creencias, de lo desconocido. En
suma, nuestra evolución como humanos deberá llevarnos a la sabiduría de
deshacer las ilusiones comprendiendo como han sido conformadas y a superar los
ciclos de aniquilación y destrucción dispuestos a lo largo de nuestra historia
por los depredadores y sus huestes ejecutoras y robóticas.
La
instauración de la paz en nuestras mentes y nuestras sociedades es
probablemente el “santo grial” que puede servir como único fundamento para
nuestra experimentación positiva, nuestros aprendizajes coherentes, y las
adaptaciones y cambios propiciadores del bienestar y la libertad en nuestro
mundo.
Hugo Betancur (Colombia)
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1 comentario:
Hugo
Mil gracias, tu escrito me ayuda a reflexionar sobre la complejidad que es inherente a nuestra forma de existir y como habitamos en este mundo
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