¿QUÉ TAN
INTELIGENTES SOMOS?
Hugo
Betancur
Lo que hacemos nos puede atraer un reconocimiento de otros y de
nosotros mismos como personajes inteligentes si lo que alcanzamos representa
bienestar, armonía, progreso -quizá reflejados en un aspecto afable, en una atención
plena a lo que sucede en el presente, en un trato considerado, en un apetito
sobrio y en un sueño tranquilo; en resumen, en la ausencia de ansiedad que nos distraiga
y de depresión que nos abrume. (También como personajes inteligentes podemos
manifestarnos transitoriamente conmocionados por las circunstancias, en un estado desapacible y
de aflicción que podamos identificar y que estemos dispuestos a superar
consciente y oportunamente).
Para afirmar esa imagen de inteligentes, nos corresponde asumir
los acontecimientos y procesarlos en nuestras mentes como episodios inevitables
de nuestro destino; también nos corresponde afrontar los cambios, los
aprendizajes y las soluciones apremiantes que nos liberen de los conflictos y
de las crisis o que nos permitan atravesarlos.
Es posible que la inteligencia* tenga como requisitos la
comprensión y la compasión para no engancharnos en las contiendas ocasionadas por
los sucesos y las pugnas humanas, donde nuestros egos exhiben su ambición, su
destructividad y su endeble vanagloria.
Culturalmente, muchos conceptos han sido relacionados con la
definición de la palabra “inteligencia”. Podemos considerarla como la capacidad
de un ser humano de percibir en su mente la realidad que contempla o analiza
con enfoques lógicos y coherentes que representen sus propiedades para que
otros puedan aceptarla como cierta.
Nuestra observación debe acogerse a las cualidades de lo que enfocamos
y a su entorno de manifestación -una mariposa que aletea en el campo expresa su
libertad ilimitada y una que revolotea en una habitación cerrada no logra
encontrar su salida hacia el amplio espacio exterior.
Respecto a otros seres humanos, una actitud de empatía con ellos
y sus acciones nos permite describir o entender su estado psicológico y nos
permite hacer un juicio ajustado a lo que son -procediendo así, logramos rebasar
nuestras conjeturas inconsistentes y nuestras suposiciones erradas.
Podemos deducir que un ser humano inteligente elige la
interpretación más plausible y útil para establecer sus relaciones y sus
acciones, teniendo la premisa de no causar daño a otros y no exponerse a daños
que estos le pudieran infligir cuando se sienten afectados.
Hugo
Betancur (Colombia)
______________________________________________________
*El término ‘inteligencia’ proviene de los vocablos latinos intelligentia o intellēctus, derivados del verbo intellegere -compuesto de inter («entre») y legere («leer, escoger»)- y la definimos como disposición a comprender o percibir justamente.
Otras
ideas de vida en:
http://ideas-de-vida.blogspot.com/
http://pazenlasmentes.blogspot.com/
http://es.scribd.com/hugo_betancur_2
http://es.scribd.com/hugo_betancur_3
Este
blog:
http://hugobetancur.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario